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sábado, 5 de febrero de 2011

El Poeta Clandestino


Aquellos que, al igual que quien les narra sienten las vibraciones de la poesía en su alma y su cuerpo, podrán atestiguar cuáles son los objetos trascendentales de la palabra.

Por mi parte, creo que la poesía es, por su naturaleza cósmica, opuesta a la coerción tanto política y cultural en la que nos embarramos los rostros últimamente, como a la atadura personal e íntima, alimaña feroz que amenaza con devorar nuestros ácidos presentimientos- bebiendo sus despojadas coagulaciones- que se creían olvidados en el desarreglado babero.

Sin embargo, encuentro un factor misterioso en la profundidad poética sometida a la devastante mirada del poder y su posterior golpe destructivo.

La clandestinidad abriría así sus acogedores brazos que, pronto trasformados en labios dictarían a nuestros oídos prosaicos, una poesía penetrante y, si tenemos un poco de fortuna, quizás la clandestinidad se escuche cuando hable…

Mercader de Surevic.

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