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sábado, 15 de junio de 2013

Ceraunomancia (Con el Corazón en Otro Lugar)


 Por haber dejado cambiar el lugar de su corazón, se sentía aturdido. Algunos lo tienen en sus mentes destruyendo los otros órganos, pues el corazón es algo grande para latir desde allí.
Otros lo tienen en los huevos, y se confunden, creyendo que son buenos en los mimos que no acarician.
La vista al cielo no es alentadora, la ceraunomancia divisa a lo lejos el acíbar.
 Aceptaba, inseguro, un juego servido.

A un corazón debilitado se le deberían perdonar algunos desatinos. 
Entre el valor de aceptar y el riesgo de cerciorarse, no había diferencia alguna y lamía el acíbar.
Siempre que haya queso habrá ratas.
Ella te besó y te ato con su mala lengua.



-“No todo lo que mata cura”- decía, y vagaba por abismos con el corazón en otro lugar. Desde la altura vertiginosa todo se ve lejos, menos la gris ceraunomancia.
Respiró profundo y sintió que en su pecho algo faltaba.
 Las palabras se hicieron lluvias para que las pisemos.
Los recuerdos se volvieron ridículos.

…¿Y si el acíbar de hoy es dulce, que será de las nubes?
¿Que será de la lluvia?

 ¿Qué será de nosotros?...