Veintebosques

Veinte bosques sin hojas ni espinas

Nos encierran en esta reunión.

Veinte bosques de flores sin marchitar

Nos abrazan tibiamente con su respiración.

La música la logra el viento

Que enfría tus oídos con una brisa al compás.

Obsequiado al cielo, flotas al aire

Sostenido por la gravedad, que,

Quitándonos un poco, nos brinda la libertad.

Veinte bosques de sabiduría antigua

Esperando, con calma, nuestro paso

Para poder comunicar el secreto espiritual.

Vencido por vencido, cae uno en la cuenta

Que ese magnetismo con el que nos paga el mundo

Es una dosis justa de confianza otorgada.

Veinte bosques que esta noche se duplican.

Pero el árbol que se siente solo

Marchita su flor radiante para que no lo vean llorar.

El Humo y La Libertad

Insectos que forman nubes

Frente a la mirada imperturbable de Tío Botella

Hojarasca que borra la huella

Del irrepetible camino que por azar ha tomado.

Ni su aliento podrá quitarlos

Ni sus pasos volverán a guiarlo.

Me pregunto si habrá lugar para una sonrisa

Y contesta con una carcajada.

-Y pensar que conocí un cielo

Que de tan inmenso nos envolvía- dijo.

No hay melancolía en su voz

Y sin embargo hay llanto en la mía.

Ya no hay trenes que lo hagan regresar

Tampoco viajes que lo hagan meditar

Y no hay bebida que le sea refrescante.

Solo hay un cigarrillo con el cual amenizar.

Pero hace mucho ha dejado de pensar

Que en el humo que se escapa haya un rastro de libertad.