Los mercaderes hemos sido
difíciles de pescar, aunque hace tiempo ya que mordimos el anzuelo.
Aún así
nadie nos representa y eso nos otorga ciertas bellas libertades.
Nos vimos esconder un silencio
entre arbustos esperando en la clandestinidad el cielo, desde un infierno hecho
a medida.
(A solas con tu nombre y tus marchitas libertades)
El culo
se le ve a quien caga desde las alturas.
El viento es voces en las
noches.
La lluvia
que no lava comienza a caer.
No confundas luz y día
(Las tormentas vienen siempre de
noche)
La vista del lince
el lobo desperdicia en una noche de perros.
Las monedas son
balas para una causa justa que se amolda a vivir rodeado de miserias hechas libertades.
Pero como nada ni nadie nos
representa, más que uno mismo,
Tampoco nadie nos respalda y
nadie nos promulga, más que uno.
Y eso también nos brinda
ciertas libertades.