Calcíname en los infiernos si es lo que merezco.
Soy mártir
Inyéctame venenos ofidios en la aorta, sacrifícame.
Soy impío
Pero no me calles, no me dejes callar, no lo permitas.
Soy alma
¡Ah!…Y tampoco me paralices, déjame en movimiento,
Soy mercader…
Vamos a ver con quien me toca bailar hoy
En esta noche de luces oscuras y ojos sin mirada.
La espuma de la cerveza crece rebalsando el vaso
Y aun no he conseguido acertar el paso.
Supongo que esta noche no durará para siempre
Y volveré a verme los pies alguna vez.
Aunque la música ya me invade y comienzo a oír,
Quitándole lugar el sonido a mi ceguera.
Hay veces que el temor es sabio
Porque sabe que la muerte
También sabe bailar.
Y la siento cerca.
Ella esta
Aquí…
El mercader de Surevic