Cuando tus flechas ya no lleguen al corazón.
Cuando tus soldados no ganen la batalla.
Tendrás en cuenta que para un guerrero
La paz es su batalla y la batalla es su paz
Cuando el océano no de lugar a tus travesías,
Y aunque el cielo no de lugar a estrellas
Ni el agua vuelva a ser pura jamás,
Tendrás en cuenta que para un guerrero
La armadura es su piel, y la piel es su armadura.
Y si, por casualidad, miras al cielo,
Al fin verás al buitre que nos venía acechando a ambos,
Y aprenderás que nada se aprende de golpe...