El Silencio de Quien Solo Calla

Sentís un radar a tus espaldas.

No es el temor a que te acostumbras.

Ni es la sombra que, día a día, te acompaña.

Junglas que escenifican tu paso sigiloso.

Serpentean tus nervios, irreconocibles.

Vibras como en baile con la muerte.

No es el silencio de quien solo calla,

Ni un viaje al imaginario.

Vientos que huelen mal (sentís pasar),

Caníbales tus labios, irreconocibles.

¡Caníbales tus ojos, irreconocibles!

Resplandor de Bronce / Escarabajos

Untar tus sesos en pan
Amasado con la harina de tus huesos
Es lo que logra pantagruélico festín.

Estás obligando a un parásito
A una gula que lo desbaste.

Serás caníbal voraz y tétrico
De esos que comen de su propia carne
Y sos lo que logra pantagruélico festín.

Vas como tentado parásito
A una gula que lo desbaste.

Los escarabajos de Gibraltar,
Los mismos que eran amuletos,
Hoy te devoran el cuerpo
Comenzando desde los pies.

Lo único que atinas a quitarte
Es un adelantado que pellizca tu pecho

¿Ballenas o Monos?

El vientre no puede decidirse,
Las ballenas comen sueños
De las bandejas,
Como manteca para el desayuno…

Los monos trepan
Hasta las ideas
Y se las desayunan como bombones
Condimentándolas al culo.

Es una cita a ciegas
De una sola de las partes,
Mucha manteca para el desayuno
Es mucha manteca para el desayuno.

Sortilegio

Céfiro del sótano de Erebo,
Cauce del Leteo.

El mismo diablo
Bebiendo su miasma
Y relamiéndose.
Tan pérfida
Que sintió el anzuelo
Apelaba a la verdad
Aún cuando mentía.

Céfiro del sótano de Erebo,
Cauce del Leteo.

¡Mucha Manteca Para el Desayuno!

Vocifera en su manifiesto, Barrera, su apego a la brujería. Algunos, teatralmente, afirman haberlo visto revolviendo entre sus legumbres ciertos condimentos de aspecto tenebroso, al grito de:

“¡Escarabajos de Gibraltar,
Antes amuletos,
Devoran tu cuerpo
Comenzando desde los pies.
Un adelantado ya devora tu pecho!”

Finalizado por una carcajada maléfica.
Sin embargo, Barrera siempre negó esas escenas aduciendo que la magia se encontraba rodeándonos. “Sin realidad no encontramos fantasía”, finalizó su manifiesto.

Existieron grupos independientes que intentaron, cada uno por su parte, una especie de “Inquisición modernizada”, que culminó en la muerte de dos defensores de su realidad que lamentablemente se encontraban en bandos diferentes, en la salida de una de las rigurosas declaraciones ante el Juez a la que Barrera se veía sometido a diario. Imaginen el perfil escandaloso que llegó a tener Osmar Barrera que algunos periódicos lo tomaron como una noticia de cierta importancia. Milagrosamente la prensa sensacionalista se alejó del caso, descartándolo de sus páginas.

“¡Mucha manteca para el desayuno!”, fueron las últimas palabras que Barrera dirigió al Ujier, al tiempo exacto en que era declarado inocente. Si bien Osmar Barrera, al menos judicialmente, se hallaba alejado del más allá y todo su esoterismo, no se le permitió de por vida acercarse ni a escobas (lo que condujo a la contratación de una mucama por parte de Barrera, hallada muerta unas semanas después en condiciones dudosas en la terraza de un edificio), ni a lechuzas.
No obstante, pensar que toda esta historia es un eterno abrazo a la fantasía por parte de la mente de Barrera, bastará con recordar las palabras de él mismo:
“Sin realidad no encontramos fantasía”

De Lunas

El ojo de la noche,
Siempre punta de colina,
Mira tan desafiante
Sin lamentar su mísera suerte.

Finge que finge el frío
Y cierra su mordedura,
Libertad por libertad
Y así serán felices

¿Qué le vas a hacer
Si este Dios no aconseja
Un acertijo en tus oídos?

Ya cerraste el arcón

De lunas y flagelo radiactivo…